El Lejano Oeste y el Steampunk, Parte II

Aquí está la segunda entrega de una serie de artículos que exploran el hechizo del Lejano Oeste en nuestra cultura. Ya en el siglo XIX, se transformó la percepción de la realidad cruenta y dura del Oeste en relatos edificantes, aptos para todos los públicos. Esa transmutación se hizo a través de la literatura, la fotografía, espectáculos y periodismo de la época. De este espejismo irreal pero ya popularizado tratará la fábrica de sueños, Hollywood, y de su relación con aquel elogio nostálgico a un pasado que nunca existió realmente, surgirá el género más emblemático del mundo cinematográfico, o sea, los Westerns.

 El término “Western”, cómo referencia a un género de películas, viene de un número de la revista Motion Picture World, en Julio de 1912. Parece mentira que este género tenga más de cien años de vida, ¿verdad?, pero así es. Las primeras películas Western son del año 1903, y Asalto y robo de un tren es el filme más famoso de esa producción temprana. Desde el principio los Western adquirieron una tremenda popularidad en la época de cine mudo, popularidad debida a los espectaculares avances en técnicas de rodaje. Esta popularidad agotó la introducción de la banda sonora en los años 30 para resucitar con la cinta maravillosa de John Ford, La Diligencia, de 1939. Tras una época floreciente, las películas Westerns tuvieron un declive en popularidad que coincidió con la entrada de la televisión en el mercado, y experimentaron una resurrección en los años 80-90 gracias a los “spaghetti” westerns de Sergio Leone y los westerns revisionistas, como “Bailando con Lobos", donde se tratan las terribles injusticias y atrocidades de la época del Old West. Ese tipo de Westerns muchas veces tratan de personajes del Old West, luchando contra una sociedad que rechaza sus valores. Valores ya desplazados por el paso inexorable del tiempo. Tampoco hay que olvidar un subgénero del Western que desde los años cincuenta con elementos de ciencia ficción, del terror, y hasta post-apocalípticos, culminando en la película de 2011, Cowboys y Aliens o el film de 2005, Serenity o incluso las películas de Mad Max.



¿Cómo podemos definir una película Western? Se trata de una película de conflictos estereotipados y moralejas sencillas situadas en el terreno magnífico del Lejano Oeste, cuya grandiosa naturaleza muchas veces subraya el aislamiento de los protagonistas y sus historias personales. En torno del eterno conflicto del Bien y el Mal, luchan los cowboys contra los indios, el hombre contra la naturaleza, o los ganaderos contra los cuatreros. Las moralejas, también extremadamente estereotípicas, pueden parecernos bastante hipócritas y banales, desde luego. A final, son las moralejas de todo cuento de hadas, de la sabiduría popular encapsuladas en los dichos y refranes, incluso, hasta en las telenovelas de hoy día. Hacer el bien y no mirar a quien, todo lo que reluce no es el oro, el deber antes que el placer, etc., son valores típicos de gente de tierras fronterizas, donde la supervivencia misma depende en tales valores.
Los elementos que usaban los escritores Hollywoodenses para llevar historias del Old West a la gran pantalla y convertirlas en íconos culturales son sencillos pero efectivos. Los ingredientes principales de la "poción" son dos: el uso de arquetipos clásicos y el uso el enclave soberbio del Lejano Oeste, cómo el Valle de Monumentos, donde se rodaba La diligencia, mencionada antes. Los arquetipos heroicos nos son familiares por el trabajo de J.G.Frazer en su obra pionera, La Rama Dorada, de Robert Graves en su libro magistral, La Diosa Blanca y de Joseph Campbell en sus cuatro volúmenes de Las Máscaras de Dios. Respondemos al "Viaje Iniciático del Héroe" y todos los demás elementos porque forman parte de nuestro legado literario, leyendario y mitológico. Si no queremos llegar hasta las epopeyas del mundo clásico o a las leyendas del neolítico para ver los orígenes del héroe clásico del cine de Western, solo hace falta ir al Medioevo y la figura ya mencionada del Caballero Andante, idealizado por los trovadores y tratado con cruel genialidad por Cervantes, y luego desempolvado y enfrascado en almíbar por nuestros queridos victorianos en el movimiento pre-Rafaelita. Forastero curtido, semi-nómada, el héroe bien podría ser considerado también un pariente lejano del clásico “ronin”, un guerrero samurái desarraigado.
Pero no sólo son icónicos los héroes, son también las heroínas, los villanos y hasta los indios y la caballería, ¡hasta el vestuario de un Western es estereotipado! Nadia duda quien es el barman, quien es una “saloon-girl”, quien es un indio y quien es el héroe en un Western, y es través de elementos tan familiares y fácilmente identificados que los Westerns nos introducen a una visión tan idealizada del Old West. Se puede comparar ese proceso con él sufrido por los personajes de El Cid, o Ricardo Corazón de León cuyas historias distan mucho de las versiones que nos han llegado. Sin embargo, son esas figuras fantasmagóricas luchando entre sí en parajes majestuosos que nos inspiraban en la niñez, formando nuestras ambiciones y anhelos.
Este brevísimo análisis sirve para picar el interés del lector en un tema tan extenso como el papel que jugó el celuloide de Hollywood en la transformación este Old West histórico, ya transmutado por la literatura y periodismo del siglo XIX, en un producto de consumo popular, en un elogio nostálgico a un pasado que nunca existió donde dominaban ciertos valores como el coraje moral, la defensa de los débiles, el rechazo a la barbarie y la independencia del espíritu. La tercera parte de esta serie de artículos explorará el Western cómo raíz del género de steampunk.

Fuentes:
Wikipedia

Fdo: Prof. Cecily Cogsworth